Lisette Oropesa wins the International Opera Awards' Female Singer of the Year
Lisette wins the International Opera Awards' Female Singer of the Year
Music by
Manon Lescaut | Lisette Oropesa | |
Le Chevalier des Grieux | Charles Castronovo | |
Lescaut | Carles Pachon | |
Le Comte des Grieux | James Creswell | |
Guillot de Morfontaine | Jorge Rodríguez-Norton | |
Monsieur de Brétigny | Daniel Gallegos | |
Poussette | Antonella Zanetti | |
Javotte | Laura Fleur | |
Rosette | Ester Ferraro | |
Sirvienta | Holly Brown | |
L’Hôtelier | Max Hochmuth |
Les Arts opens its subscription season with a dreamlike Manon from the Paris Opera. Set in the happy and crazy twenties of the last century by the emerging French director Vincent Huguet, it brings together two great opera stars, Lisette Oropesa and Charles Castronovo, under the baton of James Gaffigan.
Oropesa is a lady of song. Her presence alone fills the stage and enchants the audience with her singing elegance and spectacular technique, ideal attributes to outline a "reference" Manon, like the one she starred in at the Metropolitan in 2019, which was her debut in this coveted role that she resumes five years later at Les Arts. Her damaged partner on stage, Des Grieux, will be the American tenor Charles Castronovo, a regular guest at Covent Garden, La Scala, the Metropolitan, or the operas of Vienna, Paris, and Berlin, accompanied by the baritone Carles Pachon as Lescaut.
Cor de la Generalitat Valenciana
Chorus master Francesc Perales
Orquestra de la Comunitat Valenciana
Centre de Perfeccionament
Production from Opéra national de Paris
Ticket Sales starts on www.lesarts.com from 5:00 PM on Friday, July 5, and, starting from Monday, July 8, also at the Box Office of the Palau de les Arts and at 96 197 59 00
Lisette wins the International Opera Awards' Female Singer of the Year
Platea Magazine, Cover story and interview
Lisette is interviewed in Shangay in her upcoming performances of Manon in Valencia
Lisette Oropesa, y la soprano estadounidense no defraudó; pocas cantantes cuentan con una voz tan idónea para el papel como la suya. Posee las agilidades y sobreagudos que exige el personaje y que buena parte del público espera; pero Manon no es un papel para una soprano ligera, ya que necesita de una cantante con un centro carnoso para poder desplegar todos los colores que un rol tan amplio y complejo necesita; Oropesa no solo lo tiene, sino que lo sabe explotar. De esa forma logró plasmar cada situación dramática, utilizando para ello solo el canto y sin tener que recurrir a ningún efecto de tipo verista fuera de estilo. El mejor ejemplo fue el patetismo que consiguió en el último acto. A eso hay que unir en despliegue escénico insuperable, porque la soprano se entregó a la producción de Vincent Huguet encarnando el personaje en todas sus dimensiones.
— César Rus • Opera Actual
Porque no es menor el hecho de que 'Manon' de Massenet derive buena parte de su fama al conglomerado de bellas melodías que aquí es escuchan muy bien perfiladas por Lisette Oropesa, protagonista absoluta de la reposición. Puestos a elegir un matiz de su actuación merecería la pena destacar la facilidad con la que describe el personaje desde la ingenua alegría de su 'Je suis encore tout étourdie', pasando por el reflexivo lamento en 'Adieu, notre petite table', tan dulcemente expresado; la nobleza de sus arrogantes agudos en 'Je marche sur tous les chemins', y la candidez de su despedida final. Oropesa canta en Valencia su primera Manon europea tras la apoteosis de su presentación en el Metropolitan de Nueva York. Las importantes exigencias vocales del papel tienen respuesta en la facilidad de emisión, la calidad de las medias voces, la delicadeza de los efectos y el dominio del registro agudo. En un concepto eminentemente dulce.
— Alberto González Lapuente • ABC.es
Triunfó la diva estadounidense en este debut europeo en el personaje. Está viviendo un momento dorado, y eso se notó en la evolución del rol. Delicada, frágil, de voz suave y exquisita en sus pianissimo para proyectar, sobre cada esquina del imponente Palau de Les Arts, el drama de que está “aturdida, sorprendida” en el primer acto, antes de descubrir que hay otra vida muy diferente a la que el destino, y sobre todo su primo Lescaut, ha programado para ella.
Desde ese momento, no deja de crecer, pasando de ese recogimiento del primer y segundo acto (sublime en su Adeu, notre petite table) a la coloratura (brillante, chispeante, fresco y descarado su Je marche sur tous chemins) del tercero. Y así durante las más de tres horas de música que tiene que afrontar en este viaje del recato a las florituras musicales, en una obra tan complicada como imposible.
— Nacho Fresno • Shangay
La soprano estadounidense de origen cubano no defraudó en su debut europeo con este complejo personaje de Massenet, el pasado jueves 3 de octubre, en Valencia. Fue una inauguración de lujo de la temporada 24/25 en el Palau de Les Arts que coincidió, el día anterior, con el reconocimiento de Oropesa como mejor cantante femenina en la gala de los International Opera Awards celebrada en Múnich. La cantante cautivó al público desde su primera intervención, en el aria Je suis encore tout étourdie, con exquisitas coloraturas añadidas a sus carcajadas, después de fascinar con su fraseo de la inicial resignación a entrar en un convento.
Una caracterización de la inocencia y la sensualidad tan corpórea como flexible y natural. La prosiguió en Voyons, Manon o, ya en el segundo acto, en la bella Adieu, notre petite table. Cosechó la mayor ovación de la noche tras cantar una refinada y virtuosa gavotte del cuadro de Cours-la-Reine, en el tercer acto, que salpicó de brillantes sobreagudos. Pero lo mejor de la noche lo escuchamos poco después, en el irresistible N’est-ce plus ma main del cuadro de Saint-Sulpice, donde convence a Des Grieux de que renuncie a los hábitos con un excepcional legato y maravillosos filados.
— Pablo L. Rodríguez • El Pais
Manon en “los locos años veinte”. Art déco. Las Kardashian. “Una de las pocas óperas en la que el hombre es la víctima y el tenor no es celoso”. Más allá de la palabrería, elucubraciones, interpretaciones y reinterpretaciones escénicas, del regreso de la ópera Manon de Massenet al Palau de Les Arts -ya se escuchó en 2010, en tiempos de Helga Schmidt- queda la esencia de una de las grandes óperas del repertorio; es decir, el canto y su base sinfónica. Fueron precisamente la soprano cubano-estadounidense Lisette Oropesa y la Orquestra de la Comunitat Valenciana los genuinos triunfadores de una función de contrastes y nivel, convertida en inolvidable por el canto y la expresión excepcional de la diva y una orquesta que tocó, cantó y sonó maravillosamente toda la noche bajo el gobierno efectivo de su titular, James Gaffigan.
Desde los primeros momentos, -“Je suis encore tout étourdie”-, la Oropesa dejó enunciados los perfiles expresivos y vocales de un personaje que le va como anillo al dedo. Musical y dramáticamente. A pesar de su poderosa personalidad, y de su condición de figura puntera de la lírica actual, en su interpretación fue solo Manon, la genuina y única. No hizo de Manon: fue la propia Manon la que el jueves, cantó y actuó en la escena inmensa del Palau de Les Arts. Tal fue su entrega, identificación con el personaje y médula vocal de un papel marcado por figuras legendarias de la ópera, con Victoria de los Ángeles a la cabeza. Oropesa, que debutó el rol en 2019, en el Metropolitan de Nueva York, incorpora su nombre a la nómina selecta de las mejores Manon que fueron y son.
Cantó desde el alma, otorgando sentido y expresión a cada palabra, a cada sílaba, a la evolución de una casi niña de 16 años, caprichosa y Lolita, que tras cinco actos y seis escenas concluye convertida en una heroína del amor y la libertad. Y fue esa transición difícil, desde la ingenuidad y la frivolidad a la pasión que es capaz de aparcar todos los sueños y anhelos de antaño para dejar que el amor imponga su ley en tiempos difíciles y contra cualquier conveniencia, la guía que marcó una noche en la que ella fue absoluta protagonista. El abismo entre la jovencita caprichosa y la heroína que cierra la historia con esa frase intensa y sencilla que sale de sus labios agónicos: “Et c’est là l’histoire de Manon Lescaut”.
Antes, momentos tan memorables como cuando en el segundo acto entona el aria más célebre “Adieu, notre petite table” con sutileza vocal transparente y cargada de efusión y nostalgias; o el contraste, en el frívolo tercer acto, con un “Je marche sur tous les chemins” redondeado con gracia y sabores dieciochescos en la gavota “Obéissons quand leur voix appelle”, donde retoma las jóvenes alegrías del amor y la juventud... Como Manon, el arte de Oropesa es voluble y versátil, fresco y joven. Atrevido y decidido. Impregnado de pasado y abierto a la incertidumbre del futuro. Y, como su hermana Charlotte (Werther), sin recovecos ni medias tintas.
— Justo Romero • Levante
Lisette Oropesa, quien cantaba la protagonista por segunda vez, la primera en Europa, tras debutarla en el Met de Nueva York justo antes de la pandemia. La suya es una interpretacción de ensueño, ya no sólo por el instrumento, que está en plena forma, sino por el arte y la inteligencia puestos a su servicio y el carisma que derrochó en cada una de sus escenas. El canto sul fiato, los filados y ornamentos a piacere... presentaron ya una página de salida Je suis encore... de absoluta belleza, rematada por el Obéissons quand leur voix appelle del tercer acto, mucho más conocida para el público, que le regaló la mayor ovación de una noche a gran altura.
— Gonzalo Lahoz • Platea Magazine
Como Manon, el arte de Oropesa es voluble y versátil., además de directo, fresco y joven. Sin recovecos ni medias tintas. Empapado de pasado y sin reserva a la incertidumbre del futuro. Manon en cuerpo y alma. La soprano se metió en la piel del personaje y en su vocalidad compleja. Genuina y única. Diferente a Janine Micheau, a Victoria, a Cotrubas y a tantas otras grandes Manon de la historia, pero cercana al mismo olimpo. En el segundo acto afrontó el aria más célebre de la ópera, “Adieu, notre petite table”, con transparencia, nostalgia e impecable pureza vocal, en contraste con un “Je marche sur tous les chemins” (tercer acto) redondeado con gracia y sabores dieciochescos en la famosa gavota “Obéissons quand leur voix appelle”, cuando retoma las jóvenes alegrías del amor y la juventud.
Manon Oropesa. Cubana, estadounidense y, sobre todo, tan francesa como la música de Massenet.
— Justo Romero • Scherzo Magazine
Sin duda alguna, la estrella de la velada fue la Manon, interpretada por la soprano estadounidense Lisette Oropesa, que ya dejó un dulce sabor de boca tras el magnífico recital ofrecido en la temporada pasada, sobre este mismo escenario. Oropesa ha cantado este exigente papel de forma intachable. Su nítido timbre se mantuvo homogéneo en todo momento, y la voz estaba tan bien apoyada que parecía surgir sin el más mínimo esfuerzo. La afinación fue impecable, y la parte actoral estuvo bastante conseguida.
— Pedro Valbuena • Opera World
Lisette Oropesa portrayed the title role. She possesses a round velvety timbre whose middle range has expanded and gained in depth and projection. Her entrance aria,”Je suis encore tout étourdie” showed her strong round sound and her fine bel canto technique. Her voice’s soaring pianissimo rises to a high B flat and in the cadenza presents in the middle of the piece which demands a fast scale up to a high E
— Mauricio Villa • OperaWire
Oropesa impresiona en su matizada y amplísima, a la vez que contenida, gestualidad siempre sin afectación, en su capacidad para moverse por las tablas, para seducirnos visualmente, para que empaticemos con ella con un rol de los más extensos de todo el repertorio operístico, pues está en escena en los cinco actos, transitando desde la ensoñadora felicidad que transmite en Je suis encore tout étourdie, a la despedida de un mundo en el que fue feliz Adieu, notre petite table o en plena efervescencia de frivolidad «Je marche sur tous les chemins».
Vocalmente es una de las grandes sopranos líricas del momento, si bien aborda con suficiencia la coloratura. Sin embargo, todavía me parece más interesante su zona media y el ataque al agudo es verdaderamente extraordinario.
— Joaquín Guzmán • ABC.es
La producción del Palau valenciano ha encontrado en Lisette Oropesa a la intérprete ideal, dominante y arrebatadora como la compleja heroína, que padece y goza a la vez de las dolorosas delicias de la pasión amorosa y de los deleites del lujo, delicias y deleites perfumados, envenenados por el áspero sabor de la traición.
— Álvaro del AmoValencia • El Mundo
Oropesa se encuentra en plena forma. Se adaptó a todos los registros emocionales que demanda el personaje (inocencia, frescura, picardía, deseo, duda, melancolía, derroche, miedo, arrebato, orgullo, resignación, consunción...) con unos poderosos medios vocales y notable presencia escénica. Segurísima en todos los registros, homogénea, sutil y carnosa, determinante, matizada con exquisitez, siempre oxigenada, su voz fue un lujo que cubrió todos los rincones de la sala principal de Les Arts. En algún momento pensé que un bis estaba a punto de caer. Estas cosas no se sabe bien por qué, a veces pasan y otras no (bueno, en ocasiones sí que se sabe).
— Rafael Díaz Gómez • Mundo Classico
Lisette has given 12 performances as Manon Lescaut.